sábado, 7 de enero de 2012

Impresión, sol naciente. Monet


Video 8 minutos en: http://www.youtube.com/watch?v=3vbP1vEeCYk

Obra pictórica, óleo sobre lienzo (48 X 63 cm). Museo Marmottan, París.

En su ángulo inferior izquierdo puede leerse la autoría y fecha de realización:

Claude Monet 72. (Se refiere a 1872 )

Es una obra figurativa realizada con un nuevo lenguaje artístico, que dará nombre a un movimiento de gran trascendencia: el Impresionismo. Se nos muestra un puerto con un fondo nebuloso en el que, con dificultad, se adivinan los grandes barcos mercantes al fondo, con sus mástiles y, las chimeneas humeantes de las fábricas del puerto. El sol, representado por una intensa bola naranja, se abre paso, iluminando las tranquilas aguas marinas. Acercándose al espectador navegan tres pequeñas embarcaciones a remo.

En este cuadro el autor se aleja de los criterios convencionales de la representación pictórica, obedeciendo a lo emocional que le proporciona la contemplación de los diferente elementos del paisaje, tanto naturales como los que dejan ver los tiempos modernos barcos mercantes, fábricas, humos….

Las pinceladas no perfilan, no detallan los objetos. Las pinceladas son brillantes y dinámicas, unas muy distintas a otras, así, el cielo tiene distintos trazos que las aguas del primer plano dónde las pinceladas se superponen o aparecen sueltas. El resultado es la insinuación de un instante, dando una sorprendente sensación de boceto: la pincelada ha sustituido al dibujo, por lo que los contornos se difuminan y pierden entidad.

Los colores, que pretenden recoger el instante de una atmósfera efímera, el amanecer cambiante, son azules grisáceos y también rosáceos, para captar la neblina y humos. En paralelo contrasta el naranja del sol , su reflejo lumínico en el cielo y en las aguas del puerto. Recuerda la atmósfera matutina que el pintor norteamericano, Whistler, pintara en 1870 de la vista del Támesis. Esta obra fue conocida por Monet en Londres.

La elección de los colores no es casual, responde al conocimiento del pintor de la ley de contrastes de colores simultáneos descubierta en 1839 por el francés, Ëugène Chevreul : La utilización de los colores primarios cercanos en el lienzo, darán lugar a los secundarios en su visión. También señala que la yuxtaposición de tonalidades complementarias hace que la intensidad de ambas sea mayor, permitiendo abandonar el tradicional sistema del claroscuro.

La luz es la verdadera protagonista de esta obra, la que hace vibrar los colores: el agua, el cielo y todos los demás elementos del paisaje cobran forma y color con la luz naciente. El color también adquiere autonomía, unida a la emoción del artista , creando así una nueva realidad. La composición presenta una dinámica diagonal indicada por las pequeñas embarcaciones que según su lejanía nos dan sensación de profundidad, mientras, en el fondo, ancladas y casi desdibujadas las naves mayores proporcionan algo de verticalidad en sus mástiles, junto a sus chimeneas y las de las fábricas. El sol es el punto de fuga: su forma ,la más definida del cuadro y su color, el mas fuerte lo remarcan.

El resultado es un conjunto de formas imprecisas, que abandonan el Interés por el objeto, el espectador se ve ,así, comprometido ante la contemplación de la obra , que le hará alejarse un poco de ella para acabar el cuadro en su retina.

Así pues, con este “Amanecer… “ expuesto en 1874, nace el Impresionismo. Sus fuentes se remontan a pintores clásicos de pinceladas sueltas como Rembrandt, Velázquez y Goya, más cercano , el romántico francés Delacroix, enseñó la fuerza de las pinceladas libres y de colores brillantes.

En 1870 Monet visita Londres y conocerá las pinturas de Constable y Turner, quienes desde 1880 habían aportado elementos nuevos a sus cuadros en el taller en base a estudios al aire libre: mostraron la naturaleza con sus fenómenos atmosféricos, incorporando a sus paisajes trenes y fábricas, indicadores de los tiempos modernos, de la celeridad y fugacidad en la que se comenzaba a vivir.

Mucho antes, en 1830, en Francia, la escuela de paisaje de Barbizon, en el bosque de Fontainebleau, comenzó a estudiar la naturaleza y sus cambios. En 1840, la invención de los tubos de pintura al óleo facilitarán el pintar al aire libre con rapidez, poder captar los cambios, la instantaneidad de la realidad, los cuales se traducirán sobre los lienzos en pinceladas impulsivas y colores luminosos.

El movimiento artístico impresionista se fraguó hacia 1860, unos artistas jóvenes franceses, con ideas revolucionarias acerca de la pintura comenzaron a reunirse en París. En 1863, muchos de ellos presentaron sus obras para la exposición oficial de arte en el Salón. Tres mil de ellos fueron rechazados. El argumento del jurado de la recusación fue el siguiente:

“Se trata de una banda que persigue un arte nuevo y revolucionario. Algunos de ellos poseen un talento innegable. Si concediéramos a su grupo la aprobación oficial (…) ello significaría la pérdida del arte en mayúsculas y la tradición”.

Las protestas hicieron que Napoleón III, algunos dicen que su esposa Mª Eugenia de Montijo, organizara una exposición con estas obras en el “Salón de los Rechazados”. Monet fue desde ese año conocido ya como el guía del nuevo movimiento. Varios años después Monet, Renoir, Pissarro y Sisley establecen los principios de lo que será el Impresionismo:

-La representación por excelencia de paisajes y espacios abiertos, siendo sus favoritos los cercanos a ríos y mares, dónde los efectos de luz vibrante serán favorables.

-La utilización de tonalidades puras. Los colores primarios, a partir de los cuales , y por aproximación aparecen en la visión del espectador los secundarios, según las teorías ópticas.

-La pincelada debía ser suelta y nerviosa.

-La superficie del lienzo se convertirá en un conjunto de luz y de color que disuelva los contornos, para lograr los efectos efímeros de la naturaleza.

-La nueva valoración del espacio hará que los encuadres y ángulos sean más atrevidos, las figuras no ocuparán el centro, podrán estar cortadas por los bordes. Se trata de un modo de ver próximo a la fotografía.

El gran desafío de la cámara fotográfica, que recoge retazos de la realidad, será precisamente lo que les hace tomar con rigor la idea de dar una nueva interpretación del mundo y de la naturaleza, desligando la pintura del pasado.

En 1874, todos los pintores citados, unidos a otros y a escultores y grabadores habían formado una asociación y decidieron exponer sus obras en el estudio fotográfico de su amigo fotógrafo Nadar, en París. Así recoge Monet años más tarde, como surgió el nombre que con orgullo aceptaron los pintores del movimiento impresionista:

“He enviado (a la exposición del Boulevard des Capucines en abril de 1874) algo que hice en el Havre, desde mi ventana, con el sol en la niebla y, en primer plano, algunos mástiles de barco que se elevan…me han preguntado el título para el catálogo, el cuadro no puede pasar por una vista de El Havre; así es que les dije: “Poned Impression”. De ahí se pasó al impresionismo y se extendieron las bromas”. De esta manera recordaba Monet a finales de siglo, con ironía el origen del neologismo que nació del espíritu critico del periodista del Chavari, Louis Leroy:

-¿Qué representa esta tela?

- mire el catálogo.

-Impresión, salida del sol.

-Impresión, estaba seguro de ello. Me decía también porque estoy impresionado,que

allá dentro debe de haber alguna impresión…

¡ Y qué libertad, qué soltura en la factura! E papel pintado en estado embrionario está aún más acabado que esta marina.

Y es un cuadro provocador, doblemente provocador puesto que se presentó en una exposición alternativa al Salón oficial (el estudio de Nadar), el que le proporcionó al Impresionismo el nombre y el olor a azufre”.

Fue una exposición poco visitada en la que muchos espectadores se mostraron divertidos. La crítica se dividió, .alguna pensó que la pintura fue puesta a pistoletazos sobre los lienzos, otra admiró la fugacidad de los cuadros. Estaba clara la intención de Monet: llamar la atención. El título era provocador (ya en 1861 el pintor Daubigny, de la escuela de Barbizon, había sido criticado por un cuadro que parecía impreciso). En esta obra se nos presenta un Monet más esquemático y sucinto que otras veces. Proclamaba así que importaba más la pintura que lo pintado, la impresión de la realidad que la realidad, lo instantáneo que lo permanente. Se diría que la imagen pintada es apenas un parpadeo visual, es pues justo hablar de impresión.

El contexto histórico de la Europa de la segunda mitad del siglo XIX es bastante complejo,. Para Francia,1870, es el momento del enfrentamiento con Prusia, se proclama la III República , del sufragio censitario se pasa al sufragio universal. El Marxismo había expuesto la defensa de los trabajadores, pero el panorama no mejoraba para ellos. El Positivismo, como pensamiento busca la verdad, investigando sobre las cosas concretas y descubriendo leyes naturales que rigen la existencia. Especial relevancia tuvieron las teorías de Darwin, sobre el origen de las especies.

Renouvin, historiador francés expone que esa época fue la de” la cultura de la opinión pública”, con distintas corrientes de pensamiento. Para unos, el avance de la ciencia y la técnica junto a la potente burguesía avanzarían hacía un mundo más satisfactorio .Para otros los conflictos sociales y la guerra citada, junto a la miseria de la mayoría de los trabajadores, hacían pensar con escepticismo.El arte es, la expresión de esas ideas, , desde el materialismo a los anhelos, preocupaciones y sentimientos. Surgen entonces distintas corrientes artísticas

Vida de Claude Monet. (1840-1926)

Nació en París, pero se crió en la localidad costera de EL Havre. Su iniciación en el mundo artístico comenzó con las caricaturas que realizaba debido a su aburrimiento en las clases de secundaria. Logró ganar algún dinero con ellas, de moda en la prensa de su época.. En 1860 entró en el estudio de Gleyre, en París, allí conoció a Renoir y Sisley. Posteriormente entró en contacto con Manet, ,quedado fascinado por sus obras. Será cuando comience su pintura à plein air. Admiró la escuela de Barbizon y, junto a Renoir pasó un periodo pintando escenas marinas.

Viajó a Londres, Holanda y Venecia. Su visión de las luces, tan variadas de esos lugares, quedarían para siempre plasmadas en diferentes obras. Con el tiempo se dedicará a realizar series: Pinturas de un mismo lugar durante distintos momentos del día, como las series de la catedral de Ruan, los Acantilados, las ninfeas…. Instalado en Argentuil los paisajes fluviales se multiplicarán. Su última residencia, junto a su segunda compañera, será Giverny. Allí fallecerá en Diciembre de 1926

Fue un pintor muy prolífero, al que se le calculan mucho más de dos mi cuadros. También fue el único de los impresionistas que permaneció fiel a los principios del movimiento durante toda su vida Había escrito:

“Yo persigo un sueño, el sueño de lo imposible. Los otros pintores pintan un puente, una casa, una barca. Pintan el puente, la casa, la barca y ya han terminado (…) Yo quiero pintar la atmósfera en que se hallan el puente, la casa y la barca. La belleza del ambiente en que se encuentran, y esto no es otra cosa que lo imposible.” En su “Impresión sol naciente” coinciden críticos al señalar la mayor expresión poética de la pintura, el lirismo visual de colores, formas y ritmos. Su obra influirá en numerosos artistas posteriores: la desatención del motivo pictórico a favor de la autonomía del color y de la luz convertirán al cuadro en un valor en sí mismo. Abrió las puerta a postimpresionistas y simbolistas, a los fauvistas y a los primeros abstractos.

Hoy Monet es considerado padre de la pintura moderna, junto a Cezanne y Van Gogh.

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