domingo, 27 de noviembre de 2011

El David de Miguel Ángel


Vídeo (un tanto curioso pero válido) 3 m en:
http://www.youtube.com/watch?v=3uvOmAQaTwQ


Nos enfrentamos ante una escultura individual y exenta, de bulto redondo. Está esculpida en mármol de Carrara. La obra es estrecha y de considerable altura ya que sus dimensiones son de 4´34 metros, con un peso de 5´5 toneladas.

La escultura está concebida para ser observada desde múltiples puntos de vista, aunque domina el frontal, ya que el escultor recibe el encargo de tallar un bloque de mármol -ya devastado- alto y plano que llevaba cuarenta años abandonado en el patio de la catedral florentina. Observamos movimiento en la actitud del personaje que parece estar a la espera de que ocurra un acontecimiento. La composición es cerrada, tendente al movimiento centrípeto -hacia el centro- con líneas de fuerza que vuelven hacia el bloque de mármol, como se muestra en ambos brazos mantenidos cerca del cuerpo. Es una estatua colosal que representa al David como un joven desnudo, musculoso y atlético, con la mirada penetrante y fija en busca de su enemigo Goliat al que va a enfrentarse con sus armas sencillas, una honda, que le cruza sobre su espalda, y una piedra, elementos que sostiene con ambas manos. Observamos cierta sobredimensión en las proporciones de la cabeza y las manos robustas que las hacen más poderosas. El cuerpo desnudo se nos muestra en tensión, del que emana una fuerza contenida, la “terribilitá”. La figura es realista destacando su estudio anatómico que nos lleva a la búsqueda de la belleza del desnudo clásico. Destaca su cabello, musculatura, tendones y venas con exquisito detalle, sacándole el artista partido al estrecho bloque de mármol, que casi tiene tratamiento de relieve, huyendo de la visión frontal al mostrarnos al personaje con un giro de cabeza que nos invita a rodear la figura. Por último, intuimos un claro contraposto clásico que rompe la rigidez del la pieza al apoyarse más en su pierna derecha -que se fija a un pequeño tronco de árbol que ayuda a su sustentación- y manteniendo la otra pierna en flexión.

La obra pertenece al arte del Renacimiento y más concretamente a su segundo período, el Cinquecento. Fue ejecutada en el siglo XVI, entre los años 1501 al 1504. Los escultores de este momento buscaban el clasicismo y la monumentalidad, el antropocentrismo estaba presente intentando mostrar la belleza del cuerpo humano a través del desnudo. El Renacimiento surge en Italia entre los siglos XV y XVI por la coincidencia de varios factores: a) un gran crecimiento económico basado en la industria y el comercio, apareciendo una aristocracia mercantil culta. b) Italia no era un estado unificado, pues sus territorios eran ciudades-estado independientes, parecidas a las del mundo antiguo, donde la vida urbana era muy importante. c) La península italiana siempre estuvo marcada por el sello de Roma y sus tradiciones artísticas, manteniendo viva la llama del pasado que ahora se pretende recuperar y superar.

Intelectuales italianos como Petrarca, Dante, o Boccaccio tienen un papel primordial en la aparición del Renacimiento, no les interesa la Edad Media, monopolizada por la figura de Dios -teocentrismo- donde el hombre quedaba eclipsado por la religión, de esta manera, estos pensadores vuelven la mirada hacia el mundo clásico: Grecia y Roma. El Renacimiento considera que en la Antigüedad eran aspectos básicos: el ser humano y la búsqueda racional de la verdad. Por todo ello, el hombre se coloca como centro de la creación -antropocentrismo- sustituyendo al Dios medieval. La razón se opone a la fe. Copérnico descubre que la tierra no era el centro del universo, sino que gira alrededor del sol. También hay avances en el campo de la navegación, descubriéndose nuevos territorios. Se inicia un nuevo método de estudio y análisis de la realidad basada en la observación, formulación de una ley y su comprobación. Por lo que respecta a la anatomía, se experimenta un gran desarrollo que se refleja en las obras artísticas. Además, todos los conocimientos se difunden rápidamente, y a bajo costo, gracias a la invención de la imprenta. Las obras de arte dejan de ser patrimonio exclusivo de la monarquía o de la iglesia, ya que aparecen nobles y burgueses que actúan como mecenas, al igual que los Papas, promoviendo y patrocinando a los artistas y sus obras. Conviene recordar que todos los estudios efectuados en el Renacimiento son recogidos en los tratados, cuyos textos hacen referencia a la arquitectura, escultura o pintura. Por primera vez la obra de arte se analiza desde el punto de vista del espectador, los humanistas discutían sobre la belleza y la cosa bella, naciendo la crítica de arte.



En cuanto a la arquitectura renacentista, diremos que muchos elementos constructivos se recuperan del mundo clásico: arcos de medio punto, columnas y pilastras rematadas con los órdenes clásicos, cúpulas, bóvedas de cañón decorada con casetones… Se aplica rigurosamente la geometría y la matemática, con el fin de conseguir la perfección del ideal clásico, tal y como observamos en las villas y palacios urbanos o en las iglesias.

Referente a la escultura del Renacimiento, diremos que ésta se independiza de la arquitectura, deja de ser un simple elemento decorativo para cobrar vida propia. Busca la belleza y el equilibrio, teniendo al desnudo como una de sus temas más recurrentes ya que exalta al ser humano como centro de la Creación. En cuanto a los materiales destaca el mármol y el bronce. El relieve merece especial mención, pues están muy trabajados e introducen la perspectiva en sus composiciones.

Por lo que respecta a la pintura renacentista, resaltamos el desarrollo de la técnica de el fresco y del óleo, teniendo, este último, el lienzo como soporte básico. La temática es religiosa o profana, predominando temas mitológicos, alegóricos o históricos. El retrato adquiere gran importancia. Pero el logro principal de la pintura renacentista es el uso de la perspectiva, al conseguir representar en un plano la tercera dimensión o profundidad, logrado con la perspectiva lineal (líneas que confluyen en un punto de fuga) o aérea (que difumina los contornos que están más alejados. Las figuras se enmarcan en fondos de naturaleza o arquitectura, llamando la atención los acusados escorzos.

La función de la obra que estamos comentando es decorativa, aunque también se convierte en símbolo político de la ciudad de Florencia. En cuanto al significado, diremos que nos encontramos ante el triunfo del Neoplatonismo, es decir, la fusión de lo cristiano (el tema) y lo pagano (la representación a la manera de la Antigüedad). La obra muestra el triunfo de la condición humana renacentista como expresión del valor del hombre en la nueva sociedad, de la belleza, de su anatomía y de los sentimientos nobles.

Los antecedentes quedan patentes en la estatuaria griega y romana, así como en otras esculturas renacentistas como el propio David de Donatello. Los consecuentes se reflejan en obras posteriores pertenecientes al Manierismo, Barroco, Neoclasicismo e incluso anticipó el Expresionismo contemporáneo del siglo XX, quedando patente en la “Piedad Rondanini” de 1564.

La obra se encuentra actualmente en la Galería de la Academia, de Florencia, aunque su emplazamiento original se hizo para un espacio público, la Plaza de la Signoría, de dicha ciudad, como símbolo cívico-patriótico de la República Florentina, donde en la actualidad se emplaza una copia moderna de El David. Recordemos que estamos en el contexto histórico en que los Médicis (gobernantes, mecenas y banqueros) están, momentáneamente, exiliados de Florencia siendo sustituidos por el gobierno republicano de los ciudadanos. En el Cinquecento, siglo XVI, la ciudad de Roma toma el relevo de Florencia como principal foco artístico, el Renacimiento se va extendiendo por toda Europa occidental y se regionaliza. El artista deja de ser un simple artesano para convertirse en un intelectual.

La escultura es “El David” y el artífice de la misma fue Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564). Era un auténtico “homo universale” renacentista, al destacar como arquitecto, escultor y pintor. Se consideraba un perfeccionista que nunca estaba enteramente satisfecho con su trabajo, lo que le hacía estar siempre de mal humor y en tensión, dicha personalidad se reflejaba en los rostros de sus esculturas, su famosa “terribilitá”. Realiza la talla con 26 años, por tanto, estamos ante una obra de juventud. Miguel Ángel estudió el pasado clásico impactándole los restos arqueológicos, fruto de su estancia en Roma, influencia que se reflejará en toda su obra.

A fines del Renacimiento, Alto Renacimiento, los ideales clásicos se hicieron insuficientes, hasta resultaban monótonos, se necesitaban nuevos retos artísticos y Miguel Ángel trató de romper dichos moldes de: armonía, equilibrio, belleza serena o edificios perfectos y simétricos. El artista huyó de estos principios, aunque bebiera de sus fuentes, y perseguiría la belleza más allá de las formas, le interesaba su fuerza interior. Por tanto, su lenguaje es más manierista que clásico.

Hace unos años, en el 2004, con motivo de la celebración de su 500 aniversario, la obra fue sometida a una profunda limpieza y restauración debido al deterioro que presentaba.

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